Por Camila Galfione

Encontrar nuestros coloridos vestiditos en punto smock, con diversos bordados a mano en un baúl de recuerdos nos genera nostalgia, no sólo de nuestra niñez, sino de cómo vestían las niñas antes. Hoy, la mayoría de la ropa de chicos imita a la de adultos y esa diferenciación de antesentre la indumentaria de niños y adultos, está casi perdida.

Pía Aresti, arquitecta de veintitrés años y emprendedora por naturaleza, decidió revalorizar la niñez que vivíamos antes. Hace un año comenzó a producir aquellos vestiditos clásicos con los que las niñas íbamos a cumpleaños y celebrábamos navidades, dando origen a su marca Minimon.

Pía nos cuenta que siempre le gustó tener proyectos paralelos a la arquitectura y, que su amor por los niños y el recuerdo de su infancia, fueron lo que la incentivó a comenzar este nuevo proyecto.

La creativa se comunicó después de años con la señora que le hacía los vestidos en su infancia y comenzó entonces su emprendimiento produciendo con ella. Sus diseños son bordados, en punto smock, algunos lisos, otros estampados y todos Made in Uruguay. Confiesa que le apasiona ir a elegir las telas por su cuenta, que las trae de otros países y que compra pocos metros de cada una, para que todas sus prendas sean exclusivas.

Aresti diseña para niñas de recién nacidas hasta los diez años y, cuando las prendas son a pedido, las hace hechas a medida. Nos cuenta que a veces, piensa en los vestidos de cumpleaños para las niñas según cómo será la decoración de la mesa.

Minimon apunta principalmente a crecer. En breves, incorporará nuevos productos como sacos, camisas, bodys, ropa de niños e incluirá un servicio de interiorismo para cuartos de bebés.

Lo más destacado de la firma es que todo es personalizado. A Pía le gusta darle a las madres la atención que necesitan con respecto a sus hijos. Afirma que en un futuro le gustaría abrir un local en el que se les de a sus clientas, la misma atención que ella les da.

La firma no sólo revaloriza los simpáticos y enternecedores vestiditos de antes, sino que también revive el valor de un producto personalizado y la importancia de producir en el país de uno. En DressMix nos enamoramos de este nuevo proyecto que es por sobretodo ¡un amor!

Agosto, 2017.