Limpiarnos la cara es elemental para nuestra belleza

Lavarnos bien la cara puede afectar todo, desde la salud y la luminosidad de nuestra piel hasta el rendimiento de los productos que nos aplicamos a continuación. En otras palabras, si no eliminamos por completo el maquillaje y la suciedad del día, tendremos un montón de células muertas en nuestro cutis, y todo lo que nos apliquemos -serum, hidratante, anti-age, despigmentante, lo que sea- se verá limitado en su efectividad.

Preguntas y respuestas:
Sean geles, mousses, aceites, leches, aguas micellares y balms, lo fundamental es tener claro que el tipo adecuado para nosotras dependerá tanto de nuestro tipo de piel como de nuestras preferencias personales. Lo que sí vale para todas es la meta: que nos deje una piel suave, luminosa y sin sensación de tirantez.
Ahora, ¿una limpieza antes de acostarnos es suficiente? Lisa y llanamente, no. Es necesario eliminar toda la suciedad y quitarnos el maquillaje cada noche, pero también repetirla en la mañana, ya que mientras dormimos acumulamos grasa y suciedad que si no eliminamos correctamente, tendrá consecuencias negativas para nuestra piel.

El último grito:
Recientemente se puso de moda la limpieza “doublé cleanse”, que en perfecto criollo no es otra cosa que limpiarse en dos fases. Típicamente, la primera parte se realiza con un limpiador en aceite o crema, mientras que en la segunda se aplica un gel o una espuma suave.
¿Es necesario? Depende básicamente del estilo de vida de cada una y de cómo tengamos la piel. Si estuviste todo el día en tu casa y no usaste maquillaje ni protector, la limpieza tradicional bastará; pero si volviste del trabajo después de estar todo el día afuera acumulando la suciedad del día, sumado a la base, el rubor, la sombra y el rimmel, no te dejes ganar por la pereza y hacete una limpieza doble, ¡tu cara te lo va a agradecer!

Texto: Mariella Figueredo.

10 de mayo, 2016.

Ver nota completa en Editorial DRESS Otoño / Invierno 2016.